El grupo de tertulias es uno de los más antiguos de la parroquia. Hoy, después de 25 años, siguen firmes, ofreciendo un abanico de actividades orientadas a la atención de las personas mayores. Que después de 25 años se mantenga, implica por parte del grupo de voluntarios animadores mucha entrega, generosidad y entusiasmo.
Semana tras semana, cada miércoles, llueva o haga sol, frío
o calor, nunca fallan. Y esto tiene un mérito extraordinario. Pero lo
sorprendente es que los responsables han mantenido la creatividad durante
tantos años. Haber llegado hasta aquí es un gran triunfo. Conseguir un buen
ambiente y una buena participación, así como una convivencia que favorece la
hermandad, es un gran logro. Es una experiencia profundamente enriquecedora y
humanizadora, pues siempre, aunque sea a edad avanzada, se puede crecer como persona
y como cristiano cuando uno se abre a los demás.
Es un hito histórico. Algunos han fallecido, han venido
otros nuevos, pero se mantiene el tono del grupo, que aprende a sobrellevar sus
propios límites compartiendo sus vivencias con los demás.
Como parroquia, estamos muy agradecidos por esta labor tenaz
y constante del equipo base que permite que se desarrollen las diferentes
actividades con normalidad y alegría. 25 años de fidelidad han permitido
continuar con entusiasmo.
Cuando acudo a sus encuentros y paso un rato con el grupo,
me doy cuenta de que cada persona que participa es un libro abierto, con una
vida llena de entrega a su familia y a otros. Muchas mujeres, con entereza,
viven serenamente su viudez, dotándola de calidad humana y espiritual que les
ha ayudado a sobreponerse y a seguir luchando. Estar cerca de estas personas es
viajar a las profundidades de un universo interior. Escuchándolas, uno aprende
a ampliar su visión de la realidad, llenándola de sentido. Por eso considero
que la labor que se hace en este ámbito es crucial y acorde con la sensibilidad
de la Iglesia.
Sepamos agradecer su gran aportación a las familias, a la
sociedad y a la iglesia. Están viviendo una etapa vital que, aunque limitada,
es intensa porque aportan mucho bagaje acumulado. Son auténticos tesoros que
engrandecen el corazón.
No os puedo decir que sigáis 25 años más, pero sí que estos
25 años vividos los llevéis muy adentro, pues han sido definitivos y os han
marcado, dándoos la oportunidad de vivir momentos preciosos que han dado tono y
calor a vuestras vidas. Gracias por tanto aprendizaje y humanidad. Os deseo de
todo corazón, como párroco, mucha felicidad en este día tan señalado y os doy
las gracias por haber dinamizado la vida parroquial.
Mn. Joaquín Iglesias