domingo, septiembre 27, 2009

Solidaridad en la crisis

La semana pasada comenté el plan pastoral que la diócesis de Barcelona ha preparado para el trienio 2009-2011. De los tres temas propuestos: la palabra de Dios, la crisis y la acogida de inmigrantes, el arciprestazgo de Badalona Sur – Sant Adrià ha elegido comenzar este curso con el segundo: cómo crecer en solidaridad ante la crisis.

Este objetivo tiene dos vertientes: una educativa, de sensibilización y educación en los valores de la austeridad y la solidaridad, y otra activa, de ayuda a las personas que más sufren las consecuencias de la crisis.

Como nos recuerdan el Concilio Tarraconense y el Papa en su encíclica Deus caritas est, no podemos separar nuestra fe ni la celebración de la eucaristía de las obras de caridad, que son tarea irrenunciable y propia de la esencia de la Iglesia.

Propuestas de acción

Desde el arzobispado se nos proponen hasta 12 acciones para vivir este objetivo y trabajarlo en nuestras parroquias. En la parroquia de San Pablo las hemos leído y comentado y hemos decidido desarrollar algunas de ellas; otras ya se vienen realizando desde hace años.

La primera de todas es descubrir las necesidades sociales del entorno y procurar darles soluciones posibles. Esto se manifiesta a través de la obra social y de atención a los grupos humanos más vulnerables: ancianos, niños, familias en riesgo de exclusión, inmigrantes, desempleados… Cada comunidad parroquial debe ser sensible y tener el valor de responder ante el sufrimiento de quienes viven cerca. Para ello es necesario mucha creatividad y libertad. Son muchas las parroquias que desde Cáritas o mediante otras instituciones benéficas están desarrollando una gran labor, y esto manifiesta la riqueza de carismas y la vitalidad de los creyentes. En nuestra parroquia, esta acción social siempre ha sido prioritaria, junto con una voluntad de abrirse al barrio y acoger a los más alejados de la Iglesia.

Otra acción es sensibilizar a los fieles para que colaboren con Cáritas o bien con otras iniciativas solidarias, tanto con ayuda económica como con voluntariado. Esta colaboración es la prueba de fuego de la coherencia religiosa de una comunidad. Una parroquia que no se cierra en la mera liturgia, que traduce su fe en obras y en gestos de generosidad, demuestra la solidez de su compromiso cristiano.

Nos proponemos también potenciar la solidaridad entre nuestros feligreses invitándoles a participar de manera muy especial en las campañas de Cáritas y en otras campañas que organiza la parroquia con motivo de la Navidad y la Cuaresma, de recogida de alimentos y donativos para ayudar a las familias necesitadas del barrio.

Dentro de las propuestas de acción educativa, nuestra parroquia centrará sus sesiones de formación cristiana y los encuentros mensuales con el mosén en el programa de Cáritas “Educar en Valores” y en profundizar sobre la doctrina social de la Iglesia, así como en la encíclica del Papa Caritas in Veritate.

Los domingos, al finalizar la misa, se leerá un fragmento de la encíclica y se comentará. Esta misma reflexión será publicada en la hoja parroquial que se edita semanalmente.

Vivir la caridad

Como reflexión final, no podemos lanzar iniciativas de caridad si no la vivimos como parte esencial de nuestra vida diaria. Los primeros que debemos dar ejemplo somos los sacerdotes. El cura ha de ser persona humanitaria, caritativa, sensible y que escucha. Y también ha de mostrar sobriedad y austeridad de vida, confiando plenamente en la Providencia.

En tiempos de crisis, podemos comparar nuestra trayectoria con la de un barco en medio de la tempestad. No olvidemos que Jesús nos acompaña y nos tranquiliza: “no temáis”, nos dice. Él es la roca firme que nos sostiene. Más que nunca, hemos de acercarnos a él y asirnos firmemente a su corazón. En medio de este mundo cambiante que parece dar vueltas a velocidad de vértigo, nos recuerda: “Yo he vencido al mundo”. Y lo ha vencido, no con las armas ni con el poder, sino con la fuerza de su amor.

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