domingo, agosto 09, 2009

Ardor apostólico de san Juan Mª Vianney

El Papa Benedicto XVI declaró inaugurado el Año Sacerdotal el día 19 de junio, festividad del Sagrado Corazón de Jesús.

El Papa hace referencia al 150 aniversario del fallecimiento de San Juan María Vianney, poniéndolo como ejemplo a imitar en su intensa vida pastoral. El cura de Ars tenía muy claras sus ansias de convertir las almas a Dios. El santo patrón de los párrocos es, para mí, un gigante del sacerdocio. Su tarea pastoral se va desgranando a partir de una profunda amistad y comunión con Cristo. La centralidad de la Eucaristía en su ministerio es fundamental.

Por razones históricas, el cura de Ars es una figura muy vinculada a los inicios de mi vocación. Fui interpelado por una persona entusiasta. Me llamó a seguir a Cristo justamente el 4 de agosto de 1974. Desde entonces hasta mi ordenación en el año 1987, y después de ella, he seguido sin vacilar, fiel a mi sacerdocio. Es por este motivo que siempre he tenido una especial devoción al cura de Ars. Fue un don recibir la llamada el día del patrón de los párrocos.

Siempre he encomendado mi vida pastoral y sacerdotal a este santo. Desde que dije sí a Dios, con dieciocho años, no he dejado que ninguna dificultad pudiera enturbiar la alegría de mi vocación. El ejemplo de aquel que me llamó y el de san Juan María Vianney han sido referencias constantes para mí.

Estos días de calma veraniega he tenido la oportunidad de releer algunos libros sobre el cura de Ars y la carta del Santo Padre dirigida a todos los sacerdotes del mundo. Realmente, es extraordinario. Dichas lecturas me han sugerido algunas reflexiones.

Frente al orgullo de la intelectualidad, que también alcanza a muchos teólogos, que teorizan prescindiendo de la comunión y la unidad en la Iglesia, el cura de Ars nos enseña con humildad que la auténtica teología sale del corazón unido a Cristo. Podemos decir que algunos teólogos caen en la autocomplacencia intelectual, convirtiendo su discurso en un alegato ideológico y antropológico, en función de su concepción particular de la Iglesia. Puede haber incluso un discurso teológico muy vertebrado y compacto, pero sin comunión y sin amor, están haciendo teología de laboratorio, porque lo fundamental de la teología es Cristo.

No se puede hacer teología sin amor y sin esperanza. Muchas veces, asistimos a discusiones acaloradas por tener opiniones diversas. Cuando se llega a esos momentos tan complejos uno se pregunta si realmente se trata de teología o si nos estamos desviando de lo esencial, que es Cristo y la comunión con él.

El cura de Ars nos enseña, con su humilde ejemplo de santidad, lo importante que es el encuentro amoroso e íntimo con Cristo. Sin esa experiencia con el Amado, no se puede hacer teología genuinamente cristiana. La teología pastoral del cura de Ars está basada en la comunión con el corazón de Cristo.

Sabemos que el cura de Ars tuvo dificultades para aprobar las asignaturas de teología. Su párroco tuvo que intervenir ante el obispo para que lo ordenasen. Pero, pese a todo, él siguió estudiando. Deseaba, con toda su alma, llegar al sacerdocio. Su encuentro con Cristo no fue a través del entendimiento o de conceptos abstractos. Antes de entrar en su cabeza, Dios entró en su corazón. El cura de Ars lo entendió, y muy bien, desde lo más hondo de su alma. Santo Tomás de Aquino, cuando tuvo una especial revelación mientras celebraba la Eucaristía, comentó que la experiencia íntima y reveladora del sacramento superaba toda su Summa Teologica. El cura de Ars, sencillo y humilde, tuvo muy claro amar la Eucaristía con profundo ardor.

Su amor al confesionario y a la infinita misericordia de Dios hizo de él merecidamente el santo patrón de todos los párrocos.

2 comentarios:

CARME G. EZEQUIEL dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
CARME G. EZEQUIEL dijo...

Permita primero felicitarle , no por este escrito, sino por la pasión que se lee entra sus líneas,darle la razón y comprender que toda persona que realiza su trabajo, para el que esta destinado o para el que es llamado y lo realiza con ilusión, gusto y disfrute, lo realiza con sentimiento, con pasión y firmeza.
Esto es el reflejo que muestra y no solo en sus palabras, actos y trabajos, también en su vida.
Si el sentido de San Juan Mª Vianney ha sido su guía, buen discípulo es y no son palabras de halago, son de confirmación de lo que vemos día a día en nuestra parroquia.
Pido una oración por aquellos que en este santo tienen su guía, porque su trabajo sea como su sentimiento y su horizonte, FELICIDADES de nuevo.
José Antonio,
Lamento utilizar la cuenta de mi mujer, pero no poseo cuenta en GMAIL.