domingo, noviembre 05, 2017

Reflexión sobre la campaña de Germanor

No sólo se trata de dinero


Las parroquias tienen necesidades. Todos lo sabemos. Necesitan una cantidad mensual para sobrevivir y hacer frente a sus gastos, como cualquier hogar.

Pero en esta casa grande que es la parroquia vive una gran familia. ¿Cuántos feligreses somos? ¿Cuántas familias? Y la mayoría venimos, participamos y sentimos que esta es nuestra parroquia, nuestra segunda casa.

Entre todos los feligreses, tenemos recursos para mantener nuestras parroquias de sobras.

El problema no es el dinero. Hay dinero suficiente, pero ¿lo compartimos?

El problema no es la falta de recursos. El problema está en el corazón.

¿Somos capaces de dar, cada uno lo que pueda y considere, para ayudar a sostener nuestra parroquia?

Tu necesita ayuda. No nos falta el dinero. Sólo nos faltan… más corazones abiertos.

Y los tenemos. Tenemos corazones de carne, generosos y sensibles.

Colaboremos con nuestra parroquia, con donativos o haciéndonos socios. La meta: alcanzar la autofinanciación. Recordad: no estamos ayudando al sacerdote, sino a Dios, para que su Iglesia crezca.

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