Hoy, día del Corpus, en procesión por el patio, deposito la Custodia sobre el altar, bajo la sombra de este árbol que cada primavera se viste con su verde follaje. Su frescor embellece aún más el clima profundo que se respira en esta fiesta. Salimos caminando en procesión, tras la Custodia elevada, entre cantos y momentos de silencio.
Cuando nos detenemos, la música cesa y somos invitados a una
meditación profunda. ¿Es posible entender tu misterio? Nos sobrepasa, pero al
mismo tiempo siento que es algo vital en nuestra fe cristiana. El sol, con su
luz intensa, baña todo el patio. La morera y las acacias forman una cúpula que
lanza su sombra fresca haciendo más soportable el calor. Las flores amarillas
de las acacias, que caen suavemente, han tapizado el suelo de una alfombra
dorada.
Sombra, luz. Flores y canciones. Bajo la morera, me sumerjo
en la experiencia de sentirte más cerca que nunca. A mi alrededor se agrupa la
comunidad, contemplándote, alabándote con sus voces, admirándote en el silencio.
La liturgia que hoy celebramos nos regala este paseo
contigo, Señor, respirando junto a ti, oyendo tu susurro. La comunidad es
testigo de este momento crucial. El cielo se hace presente entre nosotros a
través del pan sagrado. Así lo quieres, para que podamos alimentarnos de ti y sigamos
caminando rumbo a la plenitud que deseas compartir con todos.
Queremos agradecerte tanto don inmerecido que nos llena de
gozo. Bajo la morera , convertida en una gruta natural, entre la caricia de la
brisa y tu dulce presencia, nos empapamos de ti, de tu amor que nos envuelve en
un cálido abrazo. Quieres que sintamos el latido de tu corazón.
El tiempo se hace corto, querríamos que nunca acabara.
Pisamos un nuevo Tabor, saboreamos un momento íntimo contigo. Un paréntesis en
el ajetreo cotidiano, un sorbo de paz que ilumina nuestra vida.
Tras la íntima contemplación, volvemos en procesión hacia el interior del Templo. Con reverencia, llenos de gratitud, te devolvemos a tu pequeño hogar, el sagrario, tu casa aquí en la tierra. Allí nos esperas... ¡hasta la próxima visita!
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